Mi práctica educativa


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Venga, vamos a ponernos algo seriotes y pelín sensibleros. 
¿Paquete de kleenex a mano? Te lo recomiendo. Me he puesto muy intensa en algún punto.


Pero por si no te gustan los colorines de la presentación ni cosillas que se mueven, te lo explico un poco por aquí. 

He de decirte que sí, que me gusta muchísimo mi trabajo. Que no, que no ha sido nunca vocacional, un poquito de casualidad, la verdad. Que me río mucho. Cada día. Que aprendo mucho a cada momento, y que también me cabreo mucho ahora sí y ahora también. Que a veces el cabreo me lo llevo a casa. Y la pena. Y que a veces no me deja dormir la frustración y los nervios. Pero que todo pasa. TO-DO. De verdad.

Persona desordenada donde las haya, me rodea el caos por doquier. No puedo evitarlo, de veras. Lleva en la lista de propósitos de año nuevo des de hace innumerables años. Creo que incluso mi madre la ponía en su lista de buenos propósitos de año nuevo. "Por favor, por favor, que este año la niña sea un poco más ordenada". Pobre mujer.


Me río mucho, pero ojo. Que también me enfado mucho. Bueno mucho, mucho... A veces tampoco tanto. Pero soy medallista olímpica en el berreo y en el rebuzno. Hasta que no he soltado las mil barbaridades no puedo parar. Un ser satánico y demoníaco se apodera de mi adorable cuerpo de niñita inocente, y doy miedo. 



Abacus es una tienducha de barrio si la comparamos con mi catálogo de libretas, libretitas, blocs de notas, post-its,... de todos los colores, formas y tamaños. Pero no me sirven de nada, porque siempre los pierdo, o se me quedan dentro de la mochila al acecho del eterno olvido, o... vete a saber. Pero que me tendría que apuntar en algún lado las ideas que se me ocurren. Algunas incluso me gustan. 




El buen rollo en el centro donde trabajo no es algo que sea normal. Es algo sabido por toda la comunidad educativa que hay gente que no puede verse, ni hablarse, ni tragarse, ni olerse. Ya no digamos besarse. Hay dos grupos muy claros, en permanente discordia. Cuando llegué al centro, inocente de mí, pensé que todo cambiaría. Lo intenté, lo juro. Y también intenté no dejarme llevar por la corriente, aunque yo sabía que todo eso no iba conmigo. Es inútil. Ya tenía la etiqueta puesta antes de entrar. Todos la llevamos. Pero no pasa nada. Con los años he aprendido que no le puedes caer bien a todo el mundo. Es prácticicamente imposible y muy cansado. No pasa nada. Supéralo. Las personas que te tienen que querer y valorar ya lo hacen. No necesitas nadie más. Aunque también estaría bien que alguien contestara a los "buenos días" cuando los canturreas a todo el mundo de buena mañana, o que alguien te felicitara por tu trabajo, o que te llegaran los comentarios positivos de las famílias. Qué bonito sería. Buen guión para una peli. Lo anotaré cuando encuentre mi libreta.



Pero que sí. Que aunque sea un maldito desastre, la hija perdida de Satán, no me apunte nunca nada y que mis compañeros sean lo más soso y desavorío del mundo, me gusta mi trabajo. De hecho, no voy a trabajar. Voy a jugar. 



Nos vemos por aquí. Un saludete!!! 



#Twin_INTEF 


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